martes, 17 de junio de 2008

La balada del café triste

En primer lugar, el amor es una experiencia común a dos personas. Pero el hecho de ser una experiencia común no quiere decir que sea una experiencia similar para las dos partes afectadas. Hay el amante y hay el amado, y cada uno de ellos proviene de regiones distintas. Con mucha frecuencia, el amado no es más que un estímulo para el amor acumulado durante años en el corazón del amante. No hay amante que no se dé cuenta de esto, con mayor o menor claridad; en el fondo, sabe que su amor es un amor solitario. Conoce entonces una soledad nueva y extraña, y este conocimiento le hace sufrir. No le queda más que una salida, alojar su amor en su corazón del mejor modo posible; tiene que crearse un nuevo mundo interior, un mundo intenso, extraño y suficiente. Permítasenos añadir que este amante del que estamos hablando no ha de ser necesariamente un joven que ahorra para un anillo de boda; puede ser un hombe, una mujer, un niño, cualquier criatura humana sobre la tierra.

Y el amado puede presentarse bajo cualquier forma. Las personas más inesperadas pueden ser un estímulo para el amor. Se da por ejemplo el caso de un hombre que es ya un abuelo que chochea, pero sigue enamorado de una chica desconocida que vio una tarde en las calles de Cheehaw, hace veinte años. Un predicador puede estar enamorado de una perdida. El amado podrá ser un traidor, un imbécil o un degenerado; y el amante ve sus defectos como todo el mundo, pero su amor no se altera lo más mínimo por eso. La persona más mediocre puede ser objeto de un amor arrebatado, extravagante y bello como los lirios venenosos de las ciénagas. Un hombre bueno puede despertar una pasión violenta y baja, y en algún corazón puede nacer un cariño tierno y sencillo hacia un loco furioso. Es sólo el amante quien determina la valía y la cualidad de todo amor.

Por esta razón, la mayoría preferimos amar a ser amados. Casi todas las personas quieren ser amantes. Y la verdad es que en el fondo, el convertirse en amados resulta algo intolerable para muchos. El amado teme y odia al amante, y con razón, pues el amante está siempre queriendo desnudar a su amado. El amante fuerza la relación con el amado, aunque esta experiencia no le cause más que dolor.

'La balada del café triste'
Carson McCullers. 1943

jueves, 8 de mayo de 2008

Cortar el cordón

Lo que hacemos en el presente ya lo hemos vivido. Antes nos comportamos igual en situaciones análogas con la gente de nuestra infancia, con los padres y los hermanos.
Cuando estamos arropados, cuando tenemos las necesidades cubiertas, somos nosotros en esencia.
En la infancia, no las tenemos cubiertas. No elegimos a nuestros padres, y no siempre son lo que esperábamos, no siempre están donde te gustaría. No se comportan como piensas que deberían. Porque también son individuos, y no recibieron ningún manual cuando nacimos.

Las carencias que tenemos por parte de los padres, las rellenan las amistades, el trabajo, los estudios.
He de aprender a pedirles a mis padres antención, afecto, comprensión, si no me lo han dado en 23 años, no iban a empezar ahora. Ya no estoy en la infancia de color de rosa.

Cortar conscientemente el cordón umbilical duele.
Pero es muy sano.
Antes no lo hice bien, y fue traumático para ambas partes, me pesaban sus sombras.
Ahora sé cómo hacerlo sin sufrir, y ellos, pues se acostumbrarán.
Es lo que pasa cuando tienes hijos. Que crecen.

jueves, 20 de marzo de 2008

CUANDO TIENES MUCHO TIEMPO LIBRE

Cuando tienes mucho tiempo libre, porque no trabajas y tienes vacaciones, te da por pensar en muchas cosas, y éstas llegan a convertirse en pensamientos existenciales.
Estos pensamientos pronto te pueden agobiar.
Pienso sobre el camino que sigue mi vida, hago una especie de actualización para ver lo que he conseguido en estos meses, en lo que he ganado, lo que he perdido, pienso en cómo me encuentro ahora.
Reconozco que no es sano hacer "actualizaciones" tan amenudo sobre el estado de mi ánimo, pero no lo puedo evitar, así pasa mi tiempo. Quizá por eso veo que no ha cambiado gran cosa todo lo que me rodea.
Aunque exteriormente, sí que ha cambiado: ya no vivo en un piso, vivo en una casa. Me he comprado un portátil, tengo una habitación sin ventana, he perdido a bastantes amigos, he perdido a alguien más importante aún que los amigos...
Me siento más sola de lo que pensaba, pero no siento una soledad destructiva, si no una soledad constructiva. Parece, por lo visto, que hacia tiempo que no pasaba ratos conmigo misma, estaba con los demás, desde hace ya unos meses, estaba por los demás. Bueno, por alguien en concreto.
Ese alguien se habia convertido en el sol de mi vida. El sol hace que las cosas tengan vida, y cuando es de noche.....pues se puede imaginar, todo se marchita, y las cosas solo esperan ansiosas a que venga el sol, a que vuelva.

Ese sol es inconstante, esa persona es una GRAN persona, solo que los intereses que tiene, sus afectos, no son para mi. Aún no puedo analizar esa relación, lo que ha supuesto para mi, pero lo que ya sé es que me he descuidado de tal manera, que ya no era yo.

Era algo parecido a mi, pero que no llegaba a reconocer en ningún espejo, y menos en sus ojos.




Anoche soñé algo y se me quedó una frase con la que me he despertado esta mañana:

... sabes que puedes contar con alguien cuando aun estando a miles de kilometros de ti, notas que está a tu lado...

Y pensé que hacía muchísimo que no lo notaba a mi lado. Antes sí que me pasaba. Pero ahora, ni estando en la misma habitación, ni compartiendo la misma cama. Estabamos tan distanciados que ni sabía porqué le abrazaba cuando dormía.


En fin. En todas esas cosas se piensa cuando tienes vacaciones y no sales de la ciudad, y cuando tienes fiebre por la noche.

De todos estos recuerdos, de los buenos, de los malos, pienso hacer algo material, creo que lo más viable es una novela grafica a pequeña escala, sin prisa pero sin pausa. un texto se queda sin imágenes, y un formato video, se quedaría sin palabras. Ya veremos en qué desemboca, pero será algo bueno.

martes, 26 de febrero de 2008

LO MÁS BONITO QUE HE VISTO DESDE HACE...MUCHO

Sube al escenario, con melena de leona. Baila sobre unos tacones de vértigo. El corsé le deja sin respiración.
Sin embargo sonríe a diestro y siniestro.
Sus amigos y esa persona especial están esta noche entre el público. Los nervios le pueden.
Se apoya en una parte del decorado para admirar el panorama y tomar aliento. La gente grita entusiasmada mientras bailan el resto de gogos.
El espectáculo se dirige a su fin. Bajará del escenario a mezclarse con los mortales.

Los busca con la mirada, cuando baja, a sus amigos.
A esa persona especial también.
Se funden en un abrazo y le mira lleno de admiración.
- ¿Qué le ha ocurrido a tu corsé?
- No aguantó.

- Has bailado muy bien, Jose.
- Gracias nene. Yo no dejaba de mirarte desde el escenario.


Ohhh, en ese momento tan intimo, en medio de una disco...yo lo ví todo, y se me puso la piel de gallina.

Una palabra: Bonito!!!!!


FUCKING BONITO ... Jodidamente bonito

miércoles, 20 de febrero de 2008

LOS JUNCOS

"Cuando el vendaval pasa, el junco se levanta porque aunque se ha doblado ante la adversidad nunca se deja romper interiormente, siempre conserva su naturaleza original, nunca deja de ser un junco".


Otra noche más en la que lo recordaré y haré como que lo abrazo, iré caminando dentro del sueño, y sin saber cómo habré llegado a la otra parte mañana por la mañana. Sin saber si me he dejado algo o he recuperado...algo.

viernes, 1 de febrero de 2008

MIEDO


Todos vamos a morir.
Algunos se suicidan.
Otros ahogan gatitos.
Unos se quedan en casa sin salir.
Otros se entierran en vida.
Hay quien no confia en nadie.
Nadie da abrazos gratis.
Nadie te dice que te quiere de verdad.
Eres vulnerable un 500%
Y se me pone el estómago del revés.
Se le hacen nudos de barco imposibles de desenredar.
Me da miedo la oscuridad, soy una miedica...


Pero tienes que seguir con lo que haces todos los días. Aunque el movimiento de rotación lo notas alrededor, menos en ti.

No es que no me quiera a mí misma (como aconsejan las revistas), pero también me gustaría que me quisiera alguien más.

Solo por una vez.